Andrea

Desde niña sentí curiosidad por entender cómo funciona el mundo, y eso me llevó a estudiar Ingeniería Química. Sin embargo, fue en la docencia donde encontré mi verdadera vocación: acompañar a otros en su proceso de descubrir, entender y aplicar el conocimiento.

Llevo más de una década enseñando y sigo con la misma emoción del primer día. Me apasiona ver ese “clic” en los ojos de un estudiante cuando algo que parecía difícil finalmente cobra sentido. Me gusta crear un ambiente de confianza, donde se vale equivocarse, preguntar y aprender con libertad.

Creo firmemente que aprender no debe ser un sufrimiento, sino una experiencia significativa y transformadora. Por eso, mis clases son dinámicas, aplicadas, y siempre conectadas con la vida real y los intereses de cada estudiante.

Más allá de enseñar conceptos, me interesa despertar curiosidad, fortalecer la autoestima académica y mostrar que todos somos capaces de aprender si se nos guía con respeto y empatía.